Léonardo di ser Piero da Vinci
(1452-1519)
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Uno de los exponentes del Renacimiento es Leonardo Da Vinci, pintor, escultor, arquitecto, ingeniero y científico. Fue un personaje que se destacaba por su profunda pasión por el conocimiento y la investigación, claros principios que destacaban su obra. Se constituyó en un claro innovador en el campo de la pintura dando lugar a la evolución del arte italiano durante mas de un siglo después de su muerte. Por otra parte, también se destacó en el campo de la ciencia, sus investigaciones en las áreas de anatomía, óptica e hidráulica, anticiparon muchos avances de la ciencia moderna.
Leonardo Di Ser Piero da Vinci hijo natural e ilegitimo de Ser Piero da Vinci (un notario florentino), nació el 15 de abril de 1452, en una casa de Anchiano –a tres kilómetros del pueblo toscano de Vinci–. Fue criado en la casa de su abuelo paterno y Ser Piero arregló que la madre, una campesina llamada Caterina, se casara con un aldeano vecino, mientras que él se casó con otra mujer. Más tarde, sus padres tuvieron más hijos, cada uno en su respectivo matrimonio, lo que le dio a Leonardo un total de 17 medios hermanos y hermanas, con quienes siempre mantuvo contacto.
Tanto Leonardo como su padre se mudaron a Florencia, donde el joven recibió la más exquisita educación que la ciudad –centro artístico e intelectual de Italia– podía ofrecer. Además, tuvo acceso a valiosos libros de la biblioteca familiar y de amigos de su padre. Se lo describe como elegante, persuasivo en la conversación y un extraordinario músico e improvisador.
A los 15 años, su padre lo envió como aprendiz al taller de Andrea del Verrocchio, el artista más importante de Florencia, escultor, pintor y orfebre. Allí Leonardo cultivó su apasionada preocupación por la calidad y su interés en expresar la movilidad vital de la figura humana. Estas tempranas preocupaciones se constituyeron en elementos importantes en la formación artística de Leonardo, quien se inició en diversas actividades, desde la pintura de retablos y tablas, hasta la elaboración de grandes proyectos escultóricos en mármol y bronce
En esta etapa de su formación, el joven también estudió la anatomía humana, participando en la disección de cadáveres de criminales en la facultad médica. Entonces no existían la refrigeración o la conservación con formol y los cuerpos se descomponían muy rápido, por lo que Leonardo trabajaba velozmente, realizando observaciones y apuntes, movido por su gran curiosidad.
A su vez, estas investigaciones en el área de la anatomía, le permitieron conocer las proporciones físicas de las personas, logrando figuras de asombrosa exactitud al representar la figura humana (cuyo "ideal" siempre buscó).
Finalizada la etapa de su formación, Leonardo formó parte del gremio de pintores de Florencia. A los 20 años ya era maestro independiente (con un estilo propio y original) aunque permaneció como asistente en el taller de Verocchio, interesándose mucho por descubrir nuevas técnicas para trabajar al óleo. Su reputación crecía y los encargos aumentaban. Se dice que su talento era tal, que Verocchio decidió ya no pintar más
Cuando la carrera de Leonardo estaba a punto de despegar, se vio embuelto en un escandalo sexual y apunto estuvo de costarle la vida, es muy posible que Leonardo fuese homosexual, sin duda alguna le obsecionaba el desnudio masculino y le placia la compania de jovenes hermosos.
A la edad de 30 años, movido por la búsqueda de nuevos retos y mejores ingresos, se trasladó a Milán, donde entro al servicio de Ludovico Sforza, duque de Milán y embajador de Florencia. Leonardo había escrito una carta al duque en la que ofrecía sus servicios como pintor, escultor y arquitecto, además de ingeniero, inventor e hidráulico. Afirmaba que podía construir puentes portátiles, que conocía las técnicas para realizar bombardeos, construir barcos y vehículos acorazados, cañones, catapultas y otras máquinas de guerra.
Así, permaneció durante 17 años en esa ciudad, trabajando en proyectos de todo tipo, tanto artísticos como científicos, en los que el deseo de experimentar era su principal objetivo. Las principales preocupaciones de Da Vinci se centraban en las leyes de movimiento y propulsión. Sus esfuerzos estaban depositados en el estudio de la ingeniería militar donde desarrollo métodos para disparar catapultas y desviar ríos, sirviendo al Duque como ingeniero y arquitecto en sus numerosas empresas militares. Incluso también fue músico y organizador de fiestas, inventando ingeniosos mecanismos para los espectáculos teatrales, torneos y festivales del Duque.
Sin embargo, esta dedicación hacia el duque, no le impedía realizar ocasionales encargos artísticos para Florencia, que frecuentemente dejaba inacabados, ya que lo absorbían sus múltiples intereses. Estudió a Euclides con el matemático italiano Luca Pacioli y lo ayudó en su célebre obra "La Divina Proporción". También empezó a explorar los principios del vuelo humano y continuó sus estudios de anatomía.
Su estudio en Milán estaba lleno de actividad con sus aprendices y estudiantes, para los cuales escribió los textos que más tarde agruparía en su "Tratado de la Pintura".
Su obra más importante del periodo milanés son las dos versiones de la "Virgen de las Rocas", donde aplica el esquema de composición triangular que encierra a la Virgen, el Niño, San Juan y el Ángel, y por otro lado, utiliza por primera vez la técnica del sfumato.
A su vez, durante dos años trabajó en su obra maestra "La Última Cena", pintura mural para el refectorio del monasterio de Santa Maria delle Grazie, en la que recrea un tema tradicional de manera completamente nueva. En lugar de mostrar a los doce Apóstoles aislados, los presenta agrupados de tres en tres, dentro de una dinámica composición. Sin embargo, su empleo experimental del óleo sobre yeso seco provocó problemas técnicos que condujeron a su rápido deterioro tres años después. Desde 1726 se llevaron a cabo intentos fallidos de restauración y la pintura resistió a varias guerras, incluyendo los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
Leonardo vivió en una época en la que el estudio de los clásicos estaba en plena vigencia; sin embargo, tuvo dificultades intentando aprender latín y griego, los idiomas cultos y la llave de acceso a la cultura filosófica neoplatónica que dominaba Italia y parte de Europa. Escribió la mayor parte de sus escritos en toscano, un dialecto florentino. Además, escribía al revés, de derecha a izquierda, pudiendo leerse su escritura solamente vista a través de un espejo. La explicación más aceptada acerca de su escritura es que, como era zurdo, se le dificultaba escribir de izquierda a derecha sin que se embarrara la tinta. Sólo cuando escribía una carta u otro texto para alguien más, lo hacía normalmente.
Sin embargo, al final de su vida, ser zurdo resultó considerablemente ventajoso, ya que sufrió una parálisis en el brazo derecho que le impedía pintar, sin embargo, Da Vinci pudo continuar dibujando y escribiendo sin problemas con su mano izquierda.
Su vida personal es en gran parte un misterio; apenas han llegado indicaciones acerca de sus costumbres, gustos o defectos. Se sabe que era estrictamente vegetariano, por sus cartas y escritos sobre anatomía, en los que llama a los omnívoros "devoradores de cadáveres". Se dice que compraba animales enjaulados y los liberaba.
Tras su muerte, Leonardo se convirtió en el paradigma del "hombre del Renacimiento", dedicado a múltiples investigaciones científicas y artísticas. Un creador en todas las ramas del arte, un descubridor en la mayoría de los campos de la ciencia, un innovador en el terreno tecnológico, Leonardo merece por ello el título de Homo Universalis.
En este sentido, fue pintor, escultor, ingeniero, arquitecto, físico, biólogo, modisto, inventor de juegos de salón y de utensilios de cocina, geólogo, cartógrafo, autor de tratados de óptica, diseñador de jardines, decorador de interiores, músico, astrónomo y urbanista. En cada una de estas facetas sus capacidades asombraron a sus contemporáneos.
Tenía una excelente voz como cantante y era un virtuoso ejecutante de la lira, pero tan fuerte que era capaz de doblar con los dedos la herradura de un caballo. Se dice que era muy guapo, por lo que sirvió de modelo, cuando era joven, para el David de Verrocchio y, de viejo, para el Platón de Rafael. Su genio se debió a su insaciable curiosidad y a su sentido intuitivo de las leyes de la naturaleza, cuyos misterios intentó descubrir. Sus contribuciones a la ciencia y la tecnología son legendarias.
Se considera a Da Vinci como el prototipo del hombre del Renacimiento, mediante su obra y su vida cultivó el arte, el pensamiento, la ciencia y la tecnología, ayudando a llevar a un mundo teocéntrico al camino de la razón, la ciencia, el aprendizaje y la tolerancia.
Leonardo comprendió y utilizó el auténtico método experimental un siglo antes de que Francis Bacon filosofase sobre él y de que Galileo lo pusiera en práctica. Dijo que la verdadera ciencia se basa en la observación y que si pudiera aplicarse a ella el razonamiento matemático, podría lograrse mayor certeza, lo que hoy en día es uno de los pasos fundamentales del método científico.
En sus cuadernos, dejó constancia de la importancia que concedía al método en la investigación, adelantándose a autores de la Modernidad como Descartes. Se puede observar que los preceptos que establece en su método en nada difieren de las modernas definiciones que hoy utilizamos para hablar del método científico.
Teniendo en cuenta lo precedentemente expresado, se transcriben algunos fragmentos de su pensamiento póstumo:
"Al abordar un problema científico, dispongo primero diversos experimentos, ya que pretendo determinar el problema de acuerdo con la experiencia, mostrando luego por qué los cuerpos se ven obligados a actuar de ese modo. Ese es el método que hay que seguir en todas las investigaciones sobre los fenómenos de la Naturaleza."
Su fascinación por la maquinaria lo llevó a estudiarlas desde muy joven, ya siendo aprendiz en el estudio de Verocchio. A partir de estas observaciones, obtuvo un conocimiento práctico acerca de su diseño y estructura. Algunos de sus primeros dibujos muestran cómo trabajaban las partes de diversas máquinas.
La inquietud de conocimiento que caracterizaba a Da Vinci fue beneficiada además por su talento como ilustrador, que le permitió materializar sus ideas mecánicas con claridad excepcional. Quinientos años después, muchos de sus dibujos pueden ser usados fácilmente como planos para crear modelos perfectamente funcionales.
Dentro de sus tantas investigaciones incluya también la ingeniería donde desarrolló los principios del vuelo, realizando más de 100 dibujos que ilustraban sus teorías. Hizo un diseño para la fabricación de una máquina voladora, el orintóptero, un modelo dotado de alas giratorias equipado con amortiguadores para conseguir un suave aterrizaje. Aunque nunca se construyó, el helicóptero moderno está basado en ese concepto. El primer paracaídas fue diseñado por Leonardo da Vinci, quien estaba convencido de su utilidad para cuando se construyeran las máquinas voladoras.
Entre sus inventos también cuentan las máquinas de guerra tales como el tanque blindado, dotado de una coraza en forma de cono, las embarcaciones sumergibles o submarinos, los trajes y equipo de aire para buzos de combate, fusiles de repetición, granadas y morteros. Aunque Leonardo aborrecía la guerra, a la que llamó "locura bestial", no podía sustraerse a ésta, ya que en su época Italia estaba constantemente en guerras entre los distintos estados.
También fue precursor de los modales civilizados –que se conocería en las cortes del siglo XVII– En este sentido, introdujo el uso de la servilleta en la mesa, considerando que se trataba de una medida higiénica y práctica, aunque fue adoptada plenamente tiempo después.
Son muchos los inventos atribuidos a Leonardo, desde un vehículo automóvil hasta el común rallador de pan, pasando por una práctica sierra para mármol, una máquina para fabricar cuerdas, modernas puertas de batientes para las esclusas, una máquina para pulir espejos, una grúa móvil que facilitaría las labores de construcción, consiguiendo elevar pesadas cargas y una excavadora flotante, que pretendía conseguir que los ríos fueran navegables.
Sin embargo, ninguno de estos inventos pasó del estadio del diseño, ni fue utilizado, a pesar de que Leonardo no solo diseñaba extraordinarias máquinas, sino que también se ocupaba de resolver todos y cada uno de los problemas relacionados con la construcción de las mismas. La gran mayoría de sus inventos se adelantaron cientos de años a su tiempo.
Mas allá de que Da Vinci no plasmo en un libro sus diferentes inventos y ramas de trabajos, es indudable que ejercio un gran influjo sobre los contemporáneos. Como amigo de príncipes y estadistas, llegó a conocer también a todos los principales sabios de su tiempo. Es indiscutible que, a través de ellos, se salvaron algunas de sus ideas, que años después contribuirían a promover el nuevo desarrollo de la ciencia.
Si tuviéramos que elegir un representante que encarnase en sí el verdadero espíritu del Renacimiento, habríamos de escoger la figura de Leonardo da Vinci.
En la actualidad, todas las obras del genio italiano Leonardo da Vinci aparecen reunidas en un libro único que permite un acercamiento a su prolífica creación, que no es posible en ningún museo del mundo. Es el más completo que se ha editado hasta ahora sobre su obra pictórica y gráfica, un tomo de lujo que ya ha sido traducido del alemán a varios idiomas, entre ellos el español.
Esta obra ha sido publicada bajo el título "Leonardo da Vinci. Todas las Pinturas y Dibujos", el libro fue presentado por primera vez al público el pasado 5 de abril en el Museo de Bellas Artes de Viena.
La misma cuenta con 850 reproducciones en color, así como numerosas ampliaciones de detalles de sus cuadros, comprende un catálogo completo de todas las obras de da Vinci, incluyendo las últimas investigaciones e información sobre el estado actual de cada una de ellas.
Esta edición revela la genialidad de Leonardo y fascina con figuras humanas, animales, monstruos, rostros de gestos grotescos, detallados estudios anatómicos y visiones entonces futuristas de armas y artefactos técnicos para volar.
Los autores que construyeron tamaño proyecto, se basan en una convicción: Leonardo Da Vinci prácticamente nunca hizo nada que no pueda comprender cualquier persona con un nivel de formación medio.
Aunque el libro acercará a Leonardo a un amplio público, los editores reconocen estar preocupados por lo que consideran su única desventaja: su formato y peso. El gigantesco volumen mide 29 por 44 centímetros y, con casi 700 páginas, pesa ¡diez kilos y medio!
No sólo es imposible leer el enorme libro en el metro, también el lector tendrá algunos problemas en su propio hogar, pues difícilmente podrá tumbarse cómodamente con él en un sofá, pero sin duda, valdrá la pena conocerlo.